La tecnología atraviesa todos los campos y cambia los paradigmas en la actualidad. Por esta razón, hablamos de transformación digital. ¿Crees que la estás aprovechando al máximo en tu empresa?
No podrás responder a esta pregunta sin antes saber en qué consiste. A grandes rasgos, implica el uso y la implementación de herramientas y procesos digitales. Se aplican a los productos y actividades de una empresa con el fin de mejorar la eficiencia, aumentar el valor entregado a los clientes y descubrir nuevas oportunidades de negocio.
Lo mejor de todo es que el factor humano es clave para el éxito de los procesos de transformación digital de las empresas. Esto significa que son mucho más vitales las cualidades de las personas que las propias herramientas tecnológicas. Cualquiera puede acceder a éstas, pero no todo el mundo dispone del talento necesario para construir nuevos modelos de negocio y expandir su cultura en todo el entorno organizacional.
¡La transformación digital de las personas es clave para las empresas!
“¿Convertirse en un robot?” No va por ahí.
Hablar de transformación digital y de personas en una misma frase no podía ser para otra cosa más que para corroborar su relación.
Las personas formamos parte del proceso de transformación digital de las empresas por varias razones:
Es decir, las personas formamos parte de todas y cada una de las etapas de la transformación digital. Es más, previamente, necesitamos un cambio de mentalidad para poder afrontar con éxito la estrategia digital. Somos los auténticos impulsores de la misma, el motor principal y la variable más importante a la hora de liderar el proceso. De ahí la importancia de invertir en formación y en desarrollo para alcanzar la transformación digital de las personas y de la empresa en su totalidad.
La mayoría de los errores que se cometen en el proceso de transformación digital proceden del miedo a lo desconocido, la excesiva precaución, la falta de claridad en la definición de acciones, la insuficiencia de recursos, la falta de apoyo en terceros y los pasos demasiado lentos. Es decir, proceden de las acciones que tomamos las personas. Y eso nos obliga a recapacitar y replantearnos la manera en que estamos afrontando la transformación digital.
Sí, requiere un cambio de mentalidad por nuestra parte, pero no debemos caer en la tentación de suponer un freno. Así que, la transformación digital nos demuestra que el principal cambio está en nosotros. Necesitamos informes en tiempo real para tomar mejores decisiones, pero el cambio no será total si no trabajamos de forma diferente, desarrollando capacidades digitales, poniendo a las persona primero como estrategia de negocio para asegurarnos de que la empresa puede moverse rápidamente e innovar.
El viaje nunca termina, hay que adaptarse continuamente. Cualquier cambio en el ecosistema empresarial implica empezar de nuevo.
La tecnología, aunque sea necesaria, no es suficiente. No nos hará por sí sola más inteligentes, pero sí más rápidos y flexibles.
Lo ideal es empezar por una estrategia global. Sin ella, no se va a ninguna parte. Porque la transformación digital no es un proyecto con principio y final, sino una forma de gestión que evoluciona constantemente.
Una de las grandes preguntas que toda empresa se realiza al principio de su transformación es ¿desde dónde debo impulsarla? En pocas palabras, desde la dirección. Es decir, desde los directivos, a través del CEO y manifestándose en forma de actitud por toda la empresa. Desde dentro hacia afuera. De poco sirve formar a un equipo que carece de competencias digitales si quien lo dirige no tiene la actitud y la mentalidad necesarias para dirigir el cambio.
Por eso, lo más importante es ser capaces de identificar el valor de las tecnologías y su aplicación en la práctica. Tener claro desde dónde debemos impulsar este proceso nos permitirá consolidar, planificar y tener claridad como base de un recorrido que solo está empezando. Sin las preguntas adecuadas, jamás obtendremos las respuestas correctas, así que, ahí van algunas de ellas:
El cambio no es solo en algunos procesos, es en la cultura de toda la empresa. Es un cambio a gran escala en la organización, sus operaciones, procesos y productos para adaptarse a los cambios en el comportamiento de sus clientes, competencia, sector y empleados derivados de las tecnologías digitales.
¡El mundo empresarial se encuentra inmerso en un proceso de cambio!
La transformación digital de las personas va más allá de la adopción tecnológica. Las empresas han tenido que tomar una serie de acciones para adaptarse al nuevo mundo, incorporando la tecnología en su día a día. A través de herramientas orientadas a cubrir sus necesidades, potencia y complementa los procesos de las distintas áreas operacionales.
Sabemos que por el mero hecho de tener una página web, redes sociales, un CRM o usar otras tecnologías no significa que te hayas transformado digitalmente, pero sería muy difícil ganar visibilidad y generar confianza si no figurases en internet. Lo mismo sucede con la digitalización de documentos y con los procesos optimizados a través de las herramientas digitales. Te sorprenderías si supieras cuántas de las tareas que haces en tu empresa se pueden hacer de forma sencilla y rápida con un menor coste.
El objetivo es ser cada vez más competitivos en un contexto que cambia constantemente, a medida que evolucionan los hábitos de consumo y la tecnología y por ello “tenemos que seguir desarrollando las infraestructuras (oferta) y también las personas (demanda)”.