El acelerado proceso de transformación digital amenaza con dejar sin respiración a aquellos CIOs que se arriesgan a pestañear. En apenas unos años, el ecosistema digital de las empresas ha cambiado radicalmente, y todo parece indicar que seguirá haciéndolo a gran velocidad.
En este artículo, voy a plantearte una serie de tendencias actuales, tanto el ámbito de la tecnología, como de la cultura corporativa, que afectan a la transformación digital de tu organización.
No te engañes. Este proceso tiene repercusiones tanto desde el punto de vista tecnológico, como del de la gestión y, no menos importante, en ir adaptando la cultura empresarial a ese nuevo entorno.
La estrategia Bimodal IT definida por Gartner y MackInsey en el 2014 plantea la coexistencia de dos modalidades de trabajo dentro de aquellas organizaciones que desean transformarse digitalmente.
La primera aplica un desarrollo más tradicional y predecible, mientras que la segunda se centra en la aplicación de técnicas de desarrollo ágil.
Este planteamiento no ha estado carente de críticas y voces que sugieren que una organización a dos velocidades no es viable. Sin embargo, y de acuerdo con el informe “Building the Digital Platform: Insights From the 2016 Gartner CIO Agenda”, publicado por Gartner el año pasado, el 40% de las organizaciones ya han incorporado esta política, y la gran mayoría lo harán en los próximos 3 años.
En mi opinión, se trata de un proceso de transición que desembocará en la implantación del desarrollo ágil de forma global.
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La evolución de las tecnologías de programación y la creciente necesidad de disponer rápidamente de aplicaciones y programas que respondan a las necesidades específicas de los departamentos y empleados pueden llegar a asfixiar a los departamentos de IT.
Es aquí donde entran en juego las plataformas de desarrollo Low-code y lo que se ha venido a denominar “citizen developer”; es decir, el usuario final realiza los detalles últimos de la interfaz.
De acuerdo con el informe “State of Citizen Development”, publicado por QuickBase en el 2015, la aplicación de estas prácticas ha duplicado la velocidad de desarrollo, y ha permitido lograr mejoras en la eficiencia operativa en el 76% de los casos.
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El IoT pronto dejará de ser una novedad ligada a algunos productos de consumo, y pasará a convertirse en un importante catalizador de la transformación digital de las empresas que trabajan en este sector.
Según el informe “Predictions 2017: Security And Skills Will Temper Growth Of IoT”, publicado por Forrester, el Internet de las cosas va a adquirir un enorme nivel de complejidad y ramificaciones, tanto en términos de software, servicios y, sobre todo, minería de datos.
La cantidad de información recopilada a través de los nuevos dispositivos conectados a Internet ya está suponiendo un gran cambio en todo lo concerniente a la toma de decisiones basada en datos y el análisis predictivo.
Precisamente, una de las principales tendencias destacadas por el pasado Symposium/ITxpo de Gartner fue la concerniente a la Inteligencia Artificial y el Machine Learning, el cual incluye tecnologías como el deep learning, las redes neuronales o el NLP (Natural-Language Processing).
La utilización de sistemas basados en estas tecnologías -en sinergia con la recogida y el análisis de Big Data- va a suponer un cambio de paradigma, tanto en las funciones y tareas que los seres humanos desempeñemos en el trabajo, como en la forma en la que adoptemos determinadas decisiones.
Uno de los grandes retos para cualquier responsable de IT es lograr la integración eficiente de múltiples sistemas y bases de datos en la infraestructura común de la empresa.
Las APIs ya son un elemento clave a la hora de lograr la coexistencia de múltiples tecnologías y aplicaciones, evitando así el desarrollo de distintas aplicaciones para cada plataforma.
El nuevo ecosistema resultante es mucho más flexible y contribuye a acelerar la implantación de cualquier solución tecnológica, basado en un esquema de colaboración y especialidad (cada módulo hace sólo lo que sabe hacer bien).
El blockchain fue una de las tendencias destacadas por Hardvard Business Review en su informe publicado a finales del año pasado junto a Microsoft “Digital Transormation in Business”.
Se trataba de uno de los secretos mejor guardados dentro del ámbito de las cripto-monedas y ya está suponiendo una gran revolución en términos de velocidad y seguridad de las transacciones económica.
Sin embargo, su capacidad transformadora afecta a muchos otros campos, como la verificación de identidades, la distribución de productos sometidos a derechos de autor y el mantenimiento de la integridad de documentos y datos.
Me gustaría cerrar este artículo con una tendencia desfavorable y preocupante que amenaza con desvirtuar el proceso de transformación digital de las empresas, aislándolo del núcleo de negocio.
De acuerdo con la encuesta Global CIOs 2016-2017, elaborada por Deloitte, la capacidad de los departamentos de IT no está alineada con gran parte de los departamentos de las organizaciones, incluyendo aquellos concernientes a innovación o servicio al cliente.
El 57% de los CIOs encuestados afirman que el cliente constituye un foco prioritario para sus empresas; sin embargo, menos de la mitad aseguran que su departamento esté involucrado en cuestiones como la experiencia de usuario, o la adquisición y retención del cliente. Es más, apenas el 5% afirman que la alineación estratégica del área de IT con el negocio sea una capacidad principal de su departamento.
Recuerda:
De nada sirve ser conocedor de las últimas tendencias en transformación digital, si la cultura organizativa no favorece la colaboración estrecha entre los departamentos de IT y el resto de áreas de negocio, de forma que las aplicaciones estén lo más alineado posible con las necesidades del negocio en cada momento.