Tanto para repasar como para entenderlo a la primera, este post te ayudará a entender qué es la nube o cloud. El gran Steve Jobs decía que para mover toda tu vida digital a la nube no tenías que hacer nada, funciona solo. Ahora, la pregunta es ¿cómo organizar nuestra vida en la nube? Porque, simplemente, está en todas partes.
Hablaremos sobre este concepto, mencionaremos sus beneficios y te contaremos sus características. ¿Preparado para volar?
La nube, ¿qué es?
Para un ciudadano corriente, la nube es un gran cajón que funciona a través de internet y permite que podamos almacenar información de cualquier tipo. Música, documentos, vídeos, imágenes… Hay cajones públicos, donde todos podemos guardar nuestras cosas, y cajones privados, pertenecientes a grandes empresas que los necesitan para que tú puedas navegar en internet subiendo archivos, enviando mensajes, etc.
Por ello, podríamos decir que la nube, para usuarios más técnicos, es un nuevo modelo de uso de los equipos informáticos que permite subir parte de tus archivos y programas a servidores a los que acceder desde internet, así como almacenar datos. De ahí, su nombre en inglés: cloud computing. En definitiva, describe una nueva forma de computación en red que se realiza a través de internet.
Su popularidad es tan alta que ya ha cambiado el paradigma del servicio y la relación entre las empresas y sus proveedores de tecnología. Y no es para menos, la nube impulsa multitud de alternativas a aquellas soluciones on-premise tradicionales donde la instalación del software se realizaba en servidores propios de las empresas.
¡Que levante la mano quien usa algún servicio de la nube! ¡O quien quiera hacerlo!
El cloud computing aporta capacidad para la reinvención de las empresas a través del uso estratégico de datos, el análisis avanzado y la inteligencia artificial. Y no solo eso, también nos empuja a aprovechar todo el potencial de los datos y explotar su valor a través de la inteligencia. ¿El resultado? La utilización eficiente, el ahorro de energía y trabajos colaborativos más estrechos, no solo con el equipo de la empresa, sino también con proveedores y socios. Facilitar nuevos modelos o acelerar las cadenas de suministro es posible en la nube.
Gracias a la velocidad y la seguridad que ofrece, las compañías pueden dejar de preocuparse por todas aquellas actividades destinadas al funcionamiento de la empresa. O mejor aún, centrarse en lo que de verdad importa, el quid de la cuestión de su negocio, las necesidades cambiantes y sus clientes.
Sin embargo, saltar a la nube no te convertirá en una empresa nativa en este entorno. Para ello, has de crear aplicaciones y servicios adaptados al cloud. El proceso es largo y debe ser diseñado minuciosamente. Los principales motivos por los que las empresas se trasladan a la nube son:
Apostar por la nube es garantía de agilidad, rentabilidad y rendimiento. ¿Pero todo este proceso no tiene críticas?. Pues sí. De hecho se están dando casos de involución, eso sí parcial, de migraciones hechas a la nube a servidores propios y es fundamentalmente por coste. Aunque eso sí, ya con las herramientas y modelos de gestión de aquellos (hiperconvergencia). Casi siempre en el término medio está la virtud.
No es de extrañar que cada año sean más las empresas que deciden trasladarse a entornos cloud. O que los proveedores de sistemas e infraestructuras apoyen a las empresas en su utilización y servicios cloud computing a través del conocimiento, la cultura de automatización, monitorización y gestión de procesos y servicios. Este es el caso de Cibernos.
Sin embargo, a pesar de la relevancia que está ganando, todavía existen muchas dudas sobre lo que nos puede aportar. Aquí van sus principales características:
En resumen, los servicios y la información se almacenan en una infraestructura remota y su acceso es proporcionado por el proveedor de servicios. Quizás, esta sea su característica más destacable, el servicio de almacenamiento. Así que además de permitir que cualquier usuario o empresa pueda alojar sus archivos en internet, ahorrando espacio en sus dispositivos y pudiendo acceder a ellos en cualquier lugar y momento, destaca también por la gran flexibilidad que aporta al área de Sistemas y comprometiendo un menor número de recursos técnicos.
Además, cabe destacar el auge de las aplicaciones online, bien para gestionar la contabilidad, la web, la tienda on-line, el diseño u otras áreas. En cualquier caso, toda la empresa puede usar la misma aplicación independientemente de dónde se encuentre el usuario, lo que supone una mayor integración y flexibilidad geográfica. Sólo tiene un talón de Aquiles: la comunicaciones.
Migrar tus operaciones principales a este entorno no es una decisión que debas tomar de la noche a la mañana. En el fondo, todos sabemos que deberíamos tener presencia en la nube, bien porque aporta flexibilidad, bien porque es muy ágil y supone una nueva oportunidad de innovación, o bien por otros motivos.
Entonces, ¿por qué no lo hacemos? Quizás, por el enorme desafío que supone. Aunque, pensándolo bien, el mayor desafío es quedarse de brazos cruzados ¿no crees?
Las comunicaciones globales han ganado un gran peso en los últimos años. Es habitual que las personas que trabajan en un mismo negocio se encuentren en lugares diferentes, sobre todo, durante la pandemia de la COVID-19. Ahora, este ya no es un problema. Gracias al cloud computing, se pueden establecer comunicaciones en tiempo real o en diferido, con un sinfín de posibilidades.
¿Tienes claro qué es la nube? ¡Asciende y maximiza el valor de tu negocio con expertos que te acompañen en este proceso!