Crece la importancia del Responsable de Cumplimiento en las empresas

¿Qué le preocupa al RC? ¿Cuál es su papel en las compañías?

Durante los últimos años hemos sido testigos de cientos de empresas que comenzaban a incluir esta figura. Una función cargada, a su vez, de otras responsabilidades. La garantía de un buen gobierno, el control de riesgos y el cumplimiento normativo son algunas de ellas. Pero ¿por qué crece su importancia? ¿Cómo pueden hacer frente a la diversidad de normas que afectan a la organización?

Desde Cibernos queremos compartir contigo las principales razones por las que las funciones del RC cobran cada vez más importancia, pero veremos también cómo pueden hacer frente de forma efectiva sin fallar en el intento.

¡Vamos a ello!

Una responsabilidad legal y ética

No sabemos cuántas empresas cuentan con un programa de cumplimiento bien definido. Tampoco estamos muy seguros de si tienen claro en qué consiste esta figura, pero en Cibernos queremos profundizar más allá del aspecto legal.

La responsabilidad legal del RC viene establecida por el cumplimiento de las leyes y normas referentes a la empresa en la que trabaja, tal y como la Ley Orgánica 3/2007 para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, o el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).

En un sentido más amplio, la responsabilidad ética de las empresas se apoya sobre el respeto de los principios éticos que rigen el ejercicio profesional. Se dice que es “una categoría previa a la mera responsabilidad legal, que se satisface con el cumplimiento de las exigencias de diligencia debida y de los mandatos de las leyes civiles, penales y administrativas”.

La ética del RC es un arte.

Razones que justifican la importancia del RC

Desde que nacemos sentimos un profundo afán hacia el buen comportamiento. Así nos han enseñado y así debe ser. Las tareas del RC es un reflejo más de esta acepción, pero trasladada al mundo empresarial:

• Permite a las compañías identificar y gestionar los riesgos operativos y legales a los que hacen frente en su actividad.
• Actúan de barrera frente a cualquier riesgo mediante mecanismos de prevención, gestión, control y reacción.
• Actúan de intermediarios entre el buen funcionamiento de las empresas y el amplio volumen y complejidad de las obligaciones a cumplir.
• Se encargan de formar a las empresas en lo referente al cumplimiento normativo, además de verificar la documentación de la empresa.

¿Crees que nos hemos dejado algo? Cuéntanoslo sin miedo.

¿Cómo pueden hacer frente a sus tareas de forma exitosa?

El RC o Compliance es una de esas figuras en las que prácticamente no se permite el error. Cualquier pequeña equivocación puede desembocar en graves consecuencias, pero no queremos que esto ocurra.

Por eso, cada vez son más las empresas que se unen al establecimiento de un motor o programa de cumplimiento basado en la automatización de los procesos. Y no solo eso, sino que prestan atención a la gamificación, al uso de técnicas y estrategias lúdicas para la formación.

La formación continua es una tarea que no pasa desapercibida en el mundo del cumplimiento, pero hace tiempo que dejó de ser una actividad voluntaria para convertirse en un requisito para la supervivencia. El RC es el encargado de formar, motivar, instruir y acreditar a la plantilla. Por eso, presta atención a la gamificación. Porque es un muy buen aliado.

Esta, junto con el papel de la automatización, ha permitido que las empresas tengan un control continuo del cumplimiento. Asegurarlo es un proceso que requiere muchos recursos, pero gracias a la implantación de sistemas de vigilancia autoimpuestos, este objetivo puede dejar de ser un reto.

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