Así es. Las empresas siguen incumpliendo algunas leyes. Claro que no hablamos de todas las organizaciones, pues existe un elevado número de compañías que cuentan con las bases de un recorrido integral de cumplimiento. Las que todavía no lo han hecho se encuentran ante un grave problema.
No se trata de algo irrelevante, ni siquiera somos nosotros quienes lo decimos, y es que basta con asomarse a las cabeceras de algunos medios de comunicación para observar titulares como estos: “Las empresas incumplen los deberes que exige la Ley de Transparencia”, “Siete de cada diez empresas incumplen la Ley de Igualdad”, “El 68% de las empresas incumple el reglamento de Protección de Datos”, “Las empresas no cumplen las normas ambientales que exige la ley”.
Podríamos seguir tirando de titulares que atienden a casos de empresas penalizadas por su incumplimiento y, al contrario, empresas absueltas por disponer de un sistema de cumplimiento, pero este no es el objetivo de nuestro post. Lo que queremos decirte y compartir contigo son 4 razones por las que las empresas todavía incumplen algunas normas.
¿Estás preparado para saber de qué se trata?
Incumplir con la legislación establecida es una tarea que ocurre en el entorno empresarial más veces de las que nos imaginamos. La pregunta es ¿por qué? A continuación, vamos a explicarte 4 razones por las que ocurre esto:
Evitar estos fallos es garantía de las buenas prácticas en la gestión del cumplimiento y de una empresa encaminada hacia el éxito.
Cuando hablamos de cumplimiento, puede que la tranquilidad y la certeza sean sus mayores valores. Vivir en un estado constante de incertidumbre nos aboca, irremediablemente, al fracaso. Sin embargo, parece haberse convertido no solo en un compañero sino, a la vez, en un enemigo presente en las organizaciones.
A las compañías les preocupa cómo mejorar los procesos, la formación de los trabajadores, la supervisión rápida y eficaz de su comportamiento, la manera en que pueden detectar los posibles errores. Sin embargo, pocas veces se centran en realizar y garantizar un cumplimiento efectivo.
Por eso, cada vez son más los RCs que apuestan por un desarrollo integral capaz de adaptarse, ser realista, útil, eficaz, independiente, actualizado, claro, razonado y aplicado. Las medidas, los protocolos, las verificaciones, la formación y los modelos de gestión no son cosas cualesquiera, sino las bases de un buen cumplimiento.
En los últimos años se ha consolidado una nueva figura en las grandes empresas: la del Compliance Officer. Ha sido situado en el centro del cumplimiento, y es que la normativa que afecta a la organización debe ser tratada con el nivel de importancia que exige la materia. Hablamos de aspectos fiscales, leyes, reglamentos, normas, códigos éticos, y hasta de las propias normas internas de funcionamiento que han sido establecidas en la empresa.