“Habemus regulación”.
Reconocimiento facial, asistentes personales, Google Maps, ahorro de energía, chatbots, búsqueda de fotografías, … Los usas todos los días. Después de que la inteligencia artificial haya ido ganando cada vez más popularidad, la Comisión Europea anuncia una regulación estricta de este avance tecnológico. ¿Por qué? ¿Cuál es su objetivo? ¿Qué propone la nueva normativa?
En Cibernos, hemos recopilado los puntos clave para comprender lo que propone la Unión Europea. ¡Te los contamos!
Hagamos memoria. La inteligencia artificial es una revolución tecnológica que lo está cambiando todo, y que permite que las máquinas actúen y piensen por su cuenta. Es una tecnología que nos resulta misteriosa, pero que está muy presente en nuestro día a día. Quizás, sea uno de los avances más importantes del mundo tecnológico en los últimos años.
La cuestión es ¿qué objetivos persigue la UE con su nueva regulación de la inteligencia artificial? Te los contamos a continuación:
Además de estos objetivos, se quiere que las normas contempladas en esta nueva regulación tengan en cuenta el respeto a la intervención y la supervisión humana.
¡Buena pregunta! Aunque todavía debe aprobarse por los Gobiernos de la UE y por la Eurocámara, ya se puede hacer una estimación de quiénes se verán afectados por la normativa. ¡Ahí van!
Sin embargo, no se aplica a usos privados no profesionales. ¿Tienes alguna duda hasta el momento? Al margen de estos datos, hay un punto todavía más importante en cuanto a los sistemas de inteligencia artificial, y son los requisitos exigidos. ¡Veamos de qué se trata!
O mejor dicho, cuáles serán esos requisitos que los sistemas deberán cumplir para poder salir al mercado y ser utilizados por las empresas y usuarios. La Comisión Europea establece que, antes de ser comercializados, deben atravesar una serie de procedimientos de evaluación y mitigación de riesgos. Además, deben contar con una serie de garantías de los datos que se utilizan, así como registrar la actividad mediante trazabilidad y contar con medidas de supervisión humana, entre otras cosas.
El papel de la inteligencia en los espacios públicos también ha sido considerado en esta regulación. De esta forma, se prohíbe su utilización cuando se trate de permitir la identificación biométrica remota por las autoridades policiales a través del reconocimiento facial. Sin embargo, existen algunas excepciones, como “el uso para buscar a menores desaparecidos, la prevención de amenazas terroristas o localizar a un autor sospechoso de delitos”, entre otras cosas.
Seguramente, se te están pasando muchísimas preguntas por la cabeza. ¿Qué pasará con los filtros de correo basura que usan la IA? ¿Y con los chatbots? ¿Cómo se controlará el cumplimiento del reglamento? ¿Se penalizará a quienes se lo salten?
Hemos hecho un recopilatorio de las principales dudas acerca de la normativa sobre la inteligencia artificial y queremos resolverlas contigo:
Porque este avance tecnológico puede exponer problemas no resueltos, como podría suceder con un robot que daña a un peatón en plena avenida pública. El objetivo es proteger a los usuarios y cubrir todo el ecosistema de riesgos en las distintas aplicaciones de la inteligencia artificial. De lo contrario, sería muy difícil determinar qué es una conducta negligente y qué no.
En primer lugar, el uso responsable de la misma, así como la protección y el respaldo de la sociedad ante cualquier problema que pueda surgir de su utilización. Y, en segundo lugar, la armonización del mercado único digital.
La respuesta es SÍ, ya que forman parte del riesgo limitado en el que se necesitan aplicar obligaciones de transparencia. De esta manera, quienes usen los bots garantizarán que el usuario es consciente de que interactúa con una máquina. Como consecuencia, podrá decidir si quiere continuar interactuando o no.
Son considerados por el reglamento como riesgos mínimos o nulos, de tal forma que no establece medidas o requisitos para estos.
Además, quienes incumplan la normativa estarán sometidos a sanciones. “Las empresas tendrán que afrontar hasta el 6% de su facturación anual global o 30 millones de euros, según sea la cifra más alta”.
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