Dicen que equivocarse es el primer paso para rectificar y aprender. Es una acción que esquivamos a lo largo de nuestras vidas. Nos educan para no equivocarnos, nos premian cuando hacemos una conducta adecuada y nos castigan cuando cometemos algún error. Así, vamos asimilando que nuestro comportamiento siempre debe ir enfocado al acierto.
Cometer errores típicos como no llegar a tiempo a una reunión tiene leves consecuencias, pero ¿qué ocurre si nos equivocamos en una decisión que afecta a toda una empresa? Las consecuencias pueden traducirse en grandes pérdidas e incluso en el cierre del negocio.
No queremos que tú también los cometas, pero si ya lo has hecho, todavía estás a tiempo de rectificar. Por eso, hoy queremos compartir contigo, uno por uno, los errores más comunes que tienen las empresas a la hora de afrontar la transformación digital.
¿Estás preparado para seguir sumando conocimiento?
Todos nos equivocamos y todos podemos rectificar. Fallar, a veces, puede estar bien, pues siembra una especie de semilla de la creatividad y del conocimiento. Pero conocer los errores en transformación digital más comunes, sin embargo, nos hace partir con ventaja. ¿Quieres saber de qué te estamos hablando?
Son dos de los valores más necesarios para hacer frente a cualquier cambio en la empresa, pues serán quienes dirijan al CEO a conducir la transformación digital con éxito. El compromiso transformará cualquier promesa en una realidad, hablará más alto que las palabras, y cumplirá con lo prometido pese a la adversidad de las circunstancias.
El liderazgo llevará al CEO a influir en los miembros de la organización para que estos puedan orientar sus esfuerzos hacia un objetivo común. Si se prescinde de este valor, nunca logrará reinventar la empresa, ni tampoco alcanzará los objetivos establecidos. El líder de las organizaciones debe ser consciente de su capacidad de influencia sobre el resto.
Es en el liderazgo y en el compromiso donde debe gestarse la transformación digital. Solo así podrá integrarse y salpicar al entorno empresarial, y quedar perfectamente enfocada hacia el entendimiento, la adaptación y la respuesta a este nuevo entorno digital. Solo así podrá sobrevivir y ganar en el mundo de hoy.
Cada vez es mayor el número de empresas que se enfrentan al reto de la transformación digital, pues a medida que pasa el tiempo, se está tomando más conciencia de su importancia. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se encuentran sumergidas en un mar de dudas. No saben quién ni cómo debe liderar el proceso, si están preparados para afrontarlo o no, ni cómo deben llevarlo a cabo.
Las respuestas más eficaces a estas dudas solo pueden venir de un lado: de los verdaderos profesionales de la transformación digital. Aquellos que no solo dominan la tecnología, sino que han vivido en primera persona una transformación digital.
Aquellos que tienen la capacidad suficiente y necesaria para adaptar la transformación al entorno, las características y las circunstancias de la empresa, con una experiencia demostrable, con un diagnóstico rápido, con la capacidad para comunicarse y trasladar, como auténticos asesores, sus conocimientos al resto.
Pero las empresas no deben pensar que este proceso solamente forma parte de los profesionales en quienes depositan su confianza, sino que el proceso es transversal. Aunque sean los encargados de llevar a cabo el cambio, la transformación digital es un reto interno de la empresa.
¿Alguna vez habéis tenido miedo? Dicen que el mayor riesgo es quedarse de brazos cruzados. Afirman que quien no arriesga, no gana. Y pese a que son reflexiones perfectamente asentadas en nuestra sociedad, todavía existen muchas empresas que no se lo aplican.
Apostar por la transformación digital ya es un riesgo en sí, pues nadie puede darnos la garantía de que saldrá bien, pero debemos tener por seguro que si no lo intentamos, nuestra empresa ya está perdida.
Si nos ponemos en manos de profesionales con una amplia experiencia, si el CEO de nuestra empresa tiene una actitud de compromiso y liderazgo, si entendemos que la transformación digital implica la reinvención del negocio, y que es un proceso que no se realiza de un día para otro, existen muchas posibilidades de salir exitosos en el proceso.
¿Por qué no iba a salir bien?, ¿quién dijo que sería fácil? En los negocios, es importante aprender a asumir riesgos y saber convivir con la incertidumbre. Sin embargo, pocos nos han explicado que admitirlos significa partir con ventaja. Si tomaste el riesgo de emprender en un negocio, ahora tienes que arriesgar para hacerlo más productivo aprovechando las oportunidades.
¡No te quedes a mitad de camino!
No está claro quién debe impulsar la transformación digital. El CEO lo debe liderar, pero impulsar y ejecutar son tareas que un CEO no puede hacer. Hay varias soluciones: nombrar un CDO, crear una Oficina Digital, ponerlo en manos de un directivo (CIO, CMO) ampliando sus funciones habituales… No hay una receta única, depende en última instancia de las características en que se encuentre la empresa y su nivel de ambición. En cualquier caso, se debe elegir a la persona adecuada.
Sus responsabilidades deben estar plenamente integradas en el negocio y no entrar en conflicto con otras funciones. Una de las principales responsabilidad del CDO es asegurarse de que la empresa aprovecha al máximo las oportunidades que tiene a su alcance, y el enfrentamiento a las adversidades.
La transformación digital debe aspirar a sorprender al cliente con una experiencia diferencial. Si vivimos de los servicios ¿por qué descuidamos esta prioridad?
Hoy ya se habla de omnicanalidad. Los clientes de las empresas exigirán el mismo nivel de calidad y servicio en un canal digital que en uno presencial, por eso es importante que la empresa esté perfectamente preparada para ofrecerles un acceso a la información de sus productos y servicios único y sencillo, así como la agilidad en el trámite de servicios. Se trata de una experiencia única. ¿Quieres que tus clientes depositen la confianza en tu marca?
En la actualidad, el customer experience se ha consolidado casi como una nueva disciplina a explorar. Tan importante como relevante, y tan necesaria como eficaz. Pero si algo ha cambiado en los últimos años, ha sido la actitud de los clientes. Su comportamiento es más emocional que racional, algo así como “el corazón decide, el cerebro justifica”.
La transformación digital está en auge, y prueba de ello pueden ser los datos que recoge Google Trends: en 2017 el promedio de búsquedas para ‘Transformación Digital’ superó los 80 puntos, lo que supuso un crecimiento del 25% respecto al año anterior.
A veces, ocurre que las empresas entienden la transformación digital solo en su vertiente de marketing (experiencia del cliente) o tecnológica. Sin embargo, esto es un error. La mera implantación de las tecnologías no produce una transformación digital, sino que debe incluir reorganizarse y a tomar una profunda conciencia de la necesidad de provocar un cambio en el negocio, digitalizarse y transformarse. Así, se está dado lugar a un nuevo modelo económico: la economía digital.
En la transformación digital, no sirve con dejar la responsabilidad en manos de profesionales a quienes hemos acudido en forma de ayuda, pues todos deben implicarse. Solo una figura decisora, líder y comprometida puede asignar los recursos necesarios para que suceda el cambio y se extienda por toda la organización.
De esta forma, todos, sin excepción, deben estar volcados en la transformación. El CEO, el Responsable de las TIC, el Responsable de Marketing, los propios empleados… Así, hasta formar un trabajo en equipo integrado con una visión de conjunto.
Si vas a equivocarte, procura no detenerte en los aspectos que ya frenaron a otros. Aprende de sus errores y afronta la transformación digital con la garantía de su éxito.