Vayamos al quid de la cuestión. A sus orígenes. Allá por los años 70 y 80 en Estados Unidos, y tras los grandes escándalos de corrupción y financieros que afectaron a importantes compañías de la época, nació la figura del compliance. Fue el Presidente Carter quien firmó la ForeignCorruptPractisesAct (FCPA) con el objetivo de cerrar los pagos y sobornos a funcionarios. Quería recuperar la confianza en el sistema de negocios del país.
El compliance vino de la mano del mundo anglosajón, donde conviene destacar la normativa MIFID1 Directiva de mercado de instrumentos financieros, pionera en la figura del compliance officer y basada en estos tres principios: “Actuar de forme honesta, imparcial y profesional en el menor interés de sus clientes, proporcionar información imparcial, clara y no engañosa, prestar servicios y ofrecer productos, teniendo en cuenta las circunstancias personales de los clientes”.
Ahí comenzó la historia del compliance en Europa.
Es conocido como el responsable de cumplimiento (RC) y su papel en pleno 2021 es el de velar por el cumplimiento, especialmente el normativo, de las empresas. Es decir, clasificar e identificar riesgos, prevenir, gestionar, controlar y, por qué no, hasta promover la reacción. Va más allá del cumplimiento de leyes o normativas, también se fija en el compromiso con los proveedores, clientes, códigos éticos y políticas internas.
El pasado año trajo importantes cambios para el entorno del compliance:
Los cambios del compliance en 2021 irán en esta línea y será una buena oportunidad para reconsiderar el negocio y los programas de cumplimiento. Algunos de los ámbitos más importantes previstos para este año son: medio ambiente, fraude, corrupción y protección de datos, entre otros.
Consiste en el diseño, implantación y control automático del cumplimiento multinorma y multiempresa, es decir en la elaboración del "traje a medida" que debe ser el cumplimiento. El principal objetivo de una consultoría compliance es evidenciar de manera robusta el control del cumplimiento realizado, pues no se trata únicamente de disponer de ‘códigos éticos’, sino de tener la certeza y la tranquilidad de que se ha hecho un buen control del cumplimiento empresarial.
Para ello, algunos proveedores de consultorías compliance disponen de expertos en las materias de cumplimiento más importantes del siglo XXI:
Para llevar a cabo una consultoría compliance completa se necesita:
¡Un buen logro está siempre precedido por una preparación espectacular! – Robert H. Schuller
El objetivo final de una consultoría compliance es diseñar un sistema robusto para el control del cumplimiento, dado que no se trata únicamente de disponer de códigos éticos, sino también de disponer de la certeza de que se realiza un buen control. En este sentido, la mejor opción es hacer una evaluación continua de las normas con ayuda de procesos colaborativos de recogida de información, detección automática de los incumplimientos, así como su visualización en cuadros de mando, declaración y gestión de las acciones de corrección.
Todo lo que necesitas para parametrizar el control de cualquier norma, sus riesgos asociados, sus controles y de éstos la medición de su eficacia, está a tu alcance. Una consultoría compliance te ayudará a determinar si las medidas implementadas de minimización o eliminación de riesgos funcionan de forma adecuada.
En Cibernos, te aconsejamos realizar un control del cumplimiento que se caracterice por ser:
¿Apuestas por una consultoría compliance completa? Solicita más información sin compromiso.