En el año 2002 una de las auditoras más prestigiosas del mundo, Arthur Andersen, fue declarada culpable con cargos por obstruir a la justicia. ¿Qué fue lo que ocurrió en ‘el caso Arthur’? La propia auditora destruyó documentos relacionados con la compañía energética Enron.
Conozcamos qué fue lo que ocurrió y qué medidas se tomaron:
Tras 16 años todavía se recuerda el caso de la auditora Arthur Andersen, quienes fueron declarados culpables por destruir miles de documentos y archivos de carácter electrónicos relacionados con la empresa Enron.
Recordemos que Arthur Andersen estuvo dieciséis años al frente de la contabilidad de la energética. Y a pesar de que en al principio en que no habían cometido delito alguno, la acusación señalaba que destruyeron documentos relacionados con la auditoría de Enron, donde se ocultaba su precaria situación financiera.
Por lo que con la destrucción de pruebas, la compañía auditora cometió un delito grave de obstrucción a la justicia. Asimismo, con el tiempo David Duncan, el ex contable de Arthur Andersen encargado de la auditoría de la energética Enron y autor de los hechos, se declaró culpable e incluso colaboró en el juicio contra la auditora.
La auditora fue multada con medio millón de dólares y con no poder volver a realizar auditorías para empresas públicas.
Asimismo, tras conocerse la sentencia, empezó a perder clientes a pasos agigantados y, para hacer frente a la sanción, se vio obligada a llevar a cabo despidos en masa y a vender algunas de sus subsidiarias en el extranjero.
La compañía insistía en que se había tratado de un ‘un error de juicio inocente’. Y también señalaban que habían eliminado dichos documentos por considerarlos innecesarios.
La relación entre ambas empresas finalizó en el momento en el que Enron se declaró en quiebra, en bancarrota. Fruto de ello se produjo un escándalo que afectó a miles de accionistas y de empleados. Afectó de manera bilateral a ambas partes, porque se perdieron muchos puestos de trabajo y a su vez, muchos accionistas perdieron sus ahorros. Por lo que el resultado fue fatídico.
Este suceso dañó completamente la imagen de la auditora Arthur Andersen. Tras la acusación oficial la empresa empezó a perder clientes de manera masiva. Al igual que su prestigio, que se vio completamente destruido de un momento para otro. Fue algo así como una “pena de muerte empresarial”, porque pasan los años y aún se recuerda.
Sin embargo, no todo fue malo para la Arthur Andersen, porque la compañía auditora resurgió de entre las cenizas en el año 2014. Tras un total de 12 años completamente desaparecida y en silencio, volvieron bajo el nombre de AndersenTax y reconstruyeron su marca de la mano de antiguos socios.
Asimismo, Lynn Turner, ex jefe de contabilidad en la Securities and Exchange Commission de EEUU tachó de “increíble” el hecho de que una compañía intentase revivir el nombre de la auditora Arthur Andersen. Pero parecen haberlo conseguido. Os contamos esto desde el enfoque del cumplimiento.
¿Qué opinas acerca de lo sucedido? ¿Volverías a confiar en ellos? Qué comience el debate...