Nos trasladamos al lado práctico de las empresas. Su conducta es el hilo del que tirar para desmantelar quiénes son, cómo se comportan y qué importancia prestan al cumplimiento.
Las compañías son agentes económicos que producen y distribuyen bienes y servicios para el consumo de la sociedad. Como consecuencia, su actividad se encuentra sujeta a estrictas leyes y normas que deben cumplir a rajatabla. Como la Ley de evaluación ambiental o el propio Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
En Cibernos hemos creado la guía para hacer un recorrido integral de cumplimiento. Pincha aquí para saber de qué se trata.
En la actualidad, para tener un buen comportamiento empresarial, en general, y cumplir con los requisitos exigidos, en particular, es necesario contar con sistemas tecnológicos creados para ayudar en este objetivo.
El cumplimiento nació como un instrumento de supervivencia para las empresas, y el encargado de ocuparse de él es el RC o responsable de cumplimiento. Crear un programa orientado a primar, por encima de todo, el buen comportamiento conforme a la legalidad es el camino perfecto para obtener buenos resultados.
La tecnología se ha convertido en un buen aliado por las posibilidades que ofrece y permite incorporar otros objeticos al estricto cumplimiento normativo, incluyendo la gestión de riesgos y los objetivos de buen gobierno. Especialistas del mundo compliance han creado sistemas adaptados a las necesidades de cumplimiento en este nuevo sentido mucho más amplio, aportando una capacidad de control y supervisión muy superior.
En este marco tecnológico entran en juego palabras técnicas como cuadros de mando, mapas de riesgo, tareas, evaluaciones, colaboración, responsables, propietarios de los datos, trazabilidad… Pero no tienes por qué asustarte.
Este título podría traducirse en actividades ilícitas como el blanqueo de capitales, estafas y fraudes, delitos contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social, delitos contra la protección de datos, medioambiente, etc. Muchas empresas están siendo víctimas de este tipo de actividades por no poner las medidas necesarias a tiempo. Y esto siempre tiene tres tipos de costes: penales, económicos y reputacionales.
Tal y como señala la abogada Marta de Ramón, “el RC no es una forma de obtener beneficios directos sino de crear una cultura de tolerancia cero a determinadas conductas y al cumplimiento de otros objetivos complementarios”.
Las actividades ilegales que se escapan de nuestro control pueden acarrear graves consecuencias, desde multas cuantiosas hasta el cierre de la empresa.
Así que, desde Cibernos, te animamos a reflexionar sobre ello, a pensar en un plan y en cómo lo vas a llevar a cabo. No te preocupes si de repente te surgen numerosas dudas. Estamos aquí para ayudarte.
El papel del RC ha cambiado, como no podía ser de otra forma. La era digital ha revolucionado el cumplimiento de las empresas, pues sus obligaciones de hoy ya no son las mismas que las de ayer. La tecnología lo está cambiando todo. Tanto, que es capaz de diseñar y poner en marcha medidas internas y procedimientos corporativos para conseguir que todos los miembros de las organizaciones conozcan y cumplan el marco normativo.
Sin tu ayuda, nada de esto sería posible. Los RCs tienen una gran labor por delante. Ya no están solos. Tecnología y responsable de cumplimiento ahora ya no son dos polos opuestos, sino complementarios.
¿Se te ocurre alguna idea para mejorar? ¿Cómo estás planificando el cumplimiento de tu compañía? ¿De qué manera evalúas el cumplimiento? ¿Cuál es tu método? ¿Has pensado en mejorarlo? ¿Estás haciendo un seguimiento de las tareas por incumplimiento? ¿Cuánto tiempo dedicas a ellas? ¿Son repetitivas y de poco valor añadido? ¿Crees que puedes se podría mejorar? ¿Qué te frena a dar el paso? ¿Qué te falta para poner en marcha este proceso?
Si alguna de estas preguntas no te está dejando dormir, igual ya es hora de darte una alegría. Queremos recordarte que puedes consultarnos cualquier duda sin compromiso.
Y recuerda:
El comportamiento de tu empresa sí importa y mucho, a sus clientes, a sus accionistas, a sus proveedores y a la sociedad donde desarrolla su actividad.