3 de cada 4 empresas pequeñas no disponen de planes de recuperación ante desastres (DRP) actualizados y no están preparadas para hacer frente a las nuevas amenazas. Esto significa que no pueden llevar a cabo la recuperación de sus archivos borrados.
¿Sabías que una hora de inactividad puede representar un coste medio de 6.500 € para una pequeña empresa? Para una mediana empresa, esta cifra se eleva a 590.000 €, y para una gran empresa, la pérdida asciende a 9.800 € por cada minuto de paralización. Estos números nos recuerdan la importancia de contar con un sólido plan de recuperación ante desastres, independientemente del tamaño de la empresa.
Este plan es esencial para que una empresa pueda restablecer sus operaciones en el menor tiempo posible y con la mínima pérdida de información en caso de un incidente crítico, como un ciberataque o un incendio. No solo es solicitado frecuentemente por corporativos y reguladores, sino que también demuestra cómo una empresa aborda problemas de continuidad y disponibilidad de sistemas críticos, facilitando la toma de decisiones, permitiendo el acceso seguro a la información y minimizando las pérdidas de inactividad.
¡Sigue leyendo!
En un entorno digital cada vez más complejo, los incidentes de ciberseguridad son una realidad que las empresas deben afrontar. Desde ataques de ransomware hasta errores humanos o fallos técnicos, las amenazas son variadas y su impacto puede ser significativo. Es por eso que contar con un plan de recuperación ante desastres se vuelve fundamental para garantizar la continuidad del negocio. Aquí te explicamos los ciberataques más comunes en las empresas:
Son programas maliciosos que tienen la capacidad de cambiar su apariencia para eludir la detección de software antivirus. Estos programas son más adaptables y pueden alterar su estructura a nivel binario de manera repetida, lo que los hace parecer diferentes para los sistemas de seguridad.
Los ciberatacantes utilizan métodos más avanzados para evadir las medidas de detección tradicionales del ransomware. Estos atacantes aprovechan procesos comunes para infiltrarse en los sistemas y, una vez dentro, buscan cifrar o sustraer datos. Luego, exigen un rescate a cambio de liberar la información o amenazan con venderla o divulgarla.
Los ataques de phishing ya no se limitan a correos electrónicos sospechosos con errores evidentes. Ahora, utilizan técnicas de ingeniería social más elaboradas y también aprovechan el smishing, que se realiza a través de mensajes de texto en dispositivos móviles. Estos métodos explotan posibles vulnerabilidades en la ciberseguridad de los dispositivos.
Con el aumento del teletrabajo, los ciberdelincuentes aprovechan las redes domésticas para infiltrarse en los sistemas empresariales. Esto puede ocurrir cuando los empleados trabajan desde casa y no cuentan con la misma protección de seguridad que en la oficina.
La Inteligencia Artificial se utiliza como método de intrusión en sistemas, aprendizaje de comportamientos y hábitos, suplantación de identidad, e incluso para falsificar documentos. Se espera que la IA sea el motor de ciberataques más sofisticados y convincentes.
Estos son mensajes que contienen imágenes, videos o elementos visuales falsificados, creados mediante el uso de Inteligencia Artificial. El propósito es engañar al receptor de manera convincente y puede tener un impacto significativo en diversos ámbitos.
La pérdida de datos puede tener serias implicaciones para cualquier negocio. A pesar de esto, muchas empresas ni siquiera tienen un plan de recuperación de archivos borrados. Por eso, desde Cibernos queremos ponértelo fácil con nuestro Servicio Gestionado de Recuperación ante Desastres (DRaaS). Pasos a seguir para la recuperación de archivos borrados:
Indica lo que la empresa busca lograr con el plan, como garantizar la respuesta ante un desastre que afecte los sistemas de información y minimizar su impacto en las operaciones. Define los componentes tecnológicos críticos para los servicios o productos del negocio. Debe estar alineado con el objetivo y alcance establecidos en la política de continuidad.
Similar al Plan de Continuidad del Negocio, se deben desarrollar alternativas que aseguren la disponibilidad de los recursos tecnológicos en diferentes escenarios de incidentes. Algunos ejemplos de escenarios comunes incluyen: indisponibilidad del sistema operativo o caída de la base de datos.
Establecer el Recovery Point Objective (RPO) y el Recovery Time Objective (RTO) es fundamental. Estas métricas determinan el tiempo máximo de pérdida de datos y el tiempo de recuperación después de un incidente, respectivamente. Se deben ajustar según las necesidades de la empresa y las características de los sistemas.
El plan debe ser actualizado anualmente y sometido a pruebas para garantizar su efectividad. Las pruebas son esenciales para demostrar el mantenimiento y mejora continua del DRP. Los resultados deben ser documentados y revisados por el equipo de recuperación y la gerencia.
Siguiendo estos pasos, una empresa puede estar mejor preparada para afrontar situaciones críticas y mantener la continuidad de sus operaciones. ¿Quieres conocer las acciones y recursos técnicos y humanos para establecer protocolos de actuación en tu plan de recuperación de archivos borrados? No te pierdas nuestro contenido especializado.