Enfrentar con éxito los retos de la transformación digital ya se ha convertido en un objetivo prioritario para muchas empresas. Si tú también estás dispuesto a hacerlo, primero necesitas saber de qué retos te estamos hablando. Comienza por leer este post y cambia tu mapa mental, pues somos conscientes de que el proceso de transformación digital lleva su tiempo.
¡Tus capacidades pueden crecer ahora!
Ya se sabe que la revolución digital en las empresas está a punto de quedarse para siempre. Aunque jamás pudimos imaginar algo así, en los relatos sobre este fenómeno, hay algo que supone una gran proeza: saber arriesgarse. ¿Será este uno de los mayores retos del cambio?
Hay quien habla de la tercera etapa de adopción de las tecnologías digitales, donde se sitúan la competencia digital, el uso digital y la propia transformación digital que hoy abrazamos en este post. Sin embargo, en nuestro largo recorrido por la reinvención de los negocios, hemos descubierto algunos retos que hoy queremos compartir contigo:
Dicen algunos expertos que el mayor reto es transformarse, una reflexión que cobra especial sentido cuando lo aplicamos al ámbito digital. La llegada de internet y el desarrollo de las tecnologías traen consigo numerosos cambios que no parecen encontrar dónde descansar.
Puede que la disrupción digital de las empresas sea su mayor reto, y puede, incluso, que se haya presentado como un estímulo externo capaz de obligarles a cuestionarse cómo mejorar. Sin embargo, ¿sabéis dónde se encuentra la clave para afrontarla con éxito? En acoger esta amenaza con la firme decisión de convertirla en una oportunidad.
Ahora, tu mayor reto es tu futuro.
Las exigencias, los retos y los desafíos parecen haberse multiplicado para las empresas desde que comenzaron a hacer frente al proceso de disrupción. Como consecuencia, su comportamiento ha experimentado numerosas modificaciones, tanto que algunas acciones descuidadas hasta entonces han comenzado a convertirse en protagonistas de su ejercicio.
Prueba de ello ha sido la incorporación de nuevos servicios o soluciones tecnológicas, la búsqueda de ayuda en profesionales expertos, el deseo de conocer todas las posibilidades que tienen a su disposición, la necesidad de apostar por las herramientas más apropiadas, la identificación de amenazas, la preocupación por superar el cambio en el menor tiempo posible, etc.
Pero ¿sabéis qué es lo más llamativo de su comportamiento? Que han aprendido a ver el éxito como una consecuencia y no como un fin. El futuro es ahora y, eso, las empresas ya lo saben.
¿Por qué dejar para mañana lo que puedes hacer hoy?