Las empresas que apuestan por la transformación digital completa acaban implantando metodologías ágiles en el interior de sus departamentos por las ventajas que conllevan: mejoran la satisfacción del cliente, aumentan la motivación y la implicación del equipo, permiten ahorrar tiempo y costes, aumentan la velocidad y la eficiencia, y mejoran la calidad del producto o servicio. Si estás buscando rentabilizar tus inversiones, ésta puede ser una buena opción para ti, pero ¿qué son realmente las metodologías ágiles? ¿Cuáles son las más usadas?
¡Te lo contamos!
Son aquellas capaces de adaptar las formas de trabajo a las condiciones del proyecto, consiguiendo inmediatez y flexibilidad. El desarrollo ágil trabaja de una forma mucho más eficiente y rápida, de manera que aumenta la productividad a la vez que se ahorra tiempo y costes. Recoge técnicas para la gestión de proyectos donde se utiliza un enfoque incremental e iterativo para gestionarlos. Pero veamos cuáles son las metodologías más usadas por las organizaciones.
Las ventajas de estas metodologías son tan amplias que cada vez son más las empresas que apuestan por ellas, y aunque son muchísimas las opciones que podemos encontrar, estas son las más utilizadas:
Se basa en una estructura de desarrollo incremental. Es decir, cualquier ciclo de desarrollo del producto o servicio se descompone en pequeños proyectos divididos en etapas (análisis, desarrollo y testing). Scrum sigue la estrategia de desarrollo incremental de los marcos de desarrollo ágiles.
Esta metodología cuenta con algunos términos específicos, como: product owner (responsable del producto y encargado de su validación), scrum master (coordina, instruye y organiza al equipo), product backlog (lista de requisitos que debe cumplir el sistema desarrollado), historias de usuario (descripción de un requisito funcional), tareas (cada sprint recoge varias historias de usuario, y cada uno desarrolla una o varias tareas), equipo (los equipos Scrum están compuestos por 5 o 9 personas). Agile vs. Scrum, ¿con cuál te quedas?
Todo proyecto comienza con una planificación ligera de cómo se va a realizar el trabajo, cuántos sprints se realizarán y cuál va a ser su duración.
Es una herramienta útil especialmente para startups o empresas en proceso de consolidación, dado que su objetivo principal es apoyar las relaciones entre empleados y clientes. Potencia las relaciones personales, el trabajo en equipo, fomenta la comunicación y elimina los tiempos muertos. Las fases que atraviesa son:
Su objetivo es el desarrollo y la gestión de los proyectos con la flexibilidad, la eficacia y el máximo control posibles.
¿Buscas gestionar el trabajo de forma fluida? Esta metodología es conocida como Tarjeta Visual, y se visualiza las distintas etapas de su trabajo hasta finalizar. Es muy útil para los responsables del proyecto y consiste en elaborar un cuadro o diagrama con 3 columnas de tareas pendientes, en proceso o finalizadas. Este cuadro debe estar disponible para todos los miembros del equipo y evitar la repetición de tareas o el olvido de alguna de ellas. ¿Qué conseguimos? Mejorar la productividad y la eficiencia del equipo de trabajo. Entre las ventajas encontramos: planificación de tareas, métricas visuales, plazos de entrega continuos, mejora del rendimiento, etc.
También conocida como Inception Deck o simplemente Inception. Está constituida por una serie de dinámicas orientadas a la definición de los objetivos generales de las compañías y su meta es esclarecer distintas cuestiones: como las propuestas de valor añadido, el tipo de cliente potencial, las formas de vender, etc. Agile Inception suele girar en torno al método ‘elevator pitch’ (pequeñas reuniones entre socios-equipo con pequeñas intervenciones). No solo se puede utilizar con software, sino también con cualquier tipo de proyecto. Reduce incertidumbres y ayuda a detectar los riesgos.
Esta metodología fue creada por Google Ventures en 2010 y su objetivo es mejorar los procesos de los productos y servicios. Design Sprint permite prototipar y validar ideas con usuarios finales de forma rápida para definir la evolución de un producto en 5 fases:
Tradicionalmente, hemos conocido otras metodologías, como la de Cascada o waterfall, con algunas limitaciones. Por ejemplo: especificación y planificación muy detallada, no se promueve la relación entre los usuarios y el desarrollo mientras tiene lugar éste, su entrega se lleva a cabo después de una validación compleja, y el tiempo de desarrollo es muy amplio. Las metodologías ágiles son una respuesta a este tipo de limitaciones.
Tanto Scrum como Extreme Programming XP, Kanban, Agile Inception y Design Sprint, son metodologías ideales para superar las barreras y limitaciones de las metodologías tradicionales.
Las metodologías ágiles ofrecen a las personas del equipo de trabajo una visión dinámica, clara y en tiempo real de lo que se está trabajando en cada momento. Hablamos de implementar métodos que facilitan la gestión de equipos en entornos evolutivos y que sirven de apoyo para mejorar la calidad del negocio y aumentar la productividad. Aunque existen formas muy distintas de trabajar con agilidad, todas persiguen el mismo fin: flexibilidad, autonomía, eficacia y reducción de costes.
Inmersos en la era digital, las empresas necesitan soluciones de software adaptadas a las operativas de negocio. Si quieres conocer más sobre el funcionamiento de estas tecnologías, solicita información y no te quedes a medias.